En el apacible distrito de Santa Cruz de Flores —fundado oficialmente el 27 de diciembre de 1922 y hoy reconocido como la Capital del Vino del Perú— se alza con distinción la Vitivinícola Viña Florino, una empresa familiar que ha sabido conjugar tradición, calidad y calidez en cada etapa de su desarrollo.
Administrada por el señor Antonio Caycho Huapaya, Viña Florino es mucho más que una bodega: es un espacio de memoria viva, donde el legado de sus padres —dedicados por décadas a la elaboración artesanal de vinos y piscos— se transforma en una experiencia sensorial para el visitante. Desde su ingreso a la Asociación Vitivinícola Artesanal en el año 2003, la vitivinícola ha sido protagonista activa en las actividades que fortalecen la identidad enológica del distrito, siempre con el apoyo de la señora Adela Caycho y sus sobrinos, pilares fundamentales de esta empresa familiar.
Con 18 medallas y numerosos diplomas de reconocimiento, Viña Florino se ha consolidado como una de las casas productoras más premiadas de Santa Cruz de Flores. Su sala de degustación, cuidadosamente diseñada, ofrece un ambiente acogedor y elegante, donde el visitante puede disfrutar de una amplia gama de productos elaborados con esmero y fidelidad al método artesanal:
Vinos en diversas variedades y estilos
Piscos con denominación de origen
Macerados de frutas locales
Vinagre de manzana de producción natural
Cada producto refleja el carácter de la tierra, el conocimiento transmitido por generaciones y el compromiso con la excelencia. La pisa de uva, la fermentación controlada y la destilación en alambiques tradicionales son parte de un proceso que honra la historia vitivinícola del distrito.
Santa Cruz de Flores, enclavado en el fértil valle de Mala, no solo destaca por su producción enológica, sino también por su devoción a la Santísima Cruz —celebrada cada 3 de mayo—, sus paisajes de Azpitia, conocidos como “El Balcón del Cielo”, y su gastronomía típica, que incluye carapulcra con sopa seca, chicharrón de chancho y ceviche de camarones.
Así pues, si usted visita Santa Cruz de Flores, no olvide que Viña Florino es una parada obligatoria. Allí lo espera el señor Antonio Caycho, quien con amabilidad y orgullo le ofrecerá una copa de su mejor vino, acompañado de una conversación que revela el alma de esta tierra generosa. En Viña Florino, cada sorbo es una celebración de la historia, la familia y el sabor auténtico del Perú.
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